Ellie
El sol brillaba con fuerza mientras Ellie se dirigía desde su casa al claro. Decidió caminar, aunque a Shelby le aterrorizaba que se embarrara el vestido. Estaría bien. La cola no era tan larga y ella necesitaba el aire fresco.
Su mente nadaba con preocupaciones. Todo, desde si recordaría o no lo que debía decir y cuándo debía decirlo hasta si River querría tener su ceremonia de marcación esa noche o esperar. Estaba hecha un lío. Por suerte, su ramo era lo suficientemente grande como para cubrir sus temblorosas manos. Lo agarró con fuerza y lo llevó frente a su pecho para que tal vez nadie viera su corazón latiendo contra su caja torácica.
Habían llegado a las cabañas cercanas al prado cuando vio una forma familiar que se acercaba a ellos. Ellie no pudo evitar sonreír al ver lo guapo que estaba Ulises con su traje.
—¡Vaya! ¡Mírate! —exclamó él, acercándose a ella con sus grandes brazos abiertos.