Perdí a todos mis compañeros. Los soldados enemigos causaron bastantes bajas aunque siguen siendo el segundo motivo más importante de muerte, el primero seguirá siendo el suicidio, ver morir amigos, compañeros y hermanos te afecta mucho, escuchar sus gritos de dolor a pesar del fuego de las armas te conduce hasta la locura.
Lástima que el ser humano es una criatura violenta, no importa lo que hagamos, las personas muertas sin importar que sean malas o inocentes, no importa si merecen la muerte o no, la guerra siempre volverá como una sombra al acecho buscando el momento correcto para atacar e intentar destruirnos. La diferencia entre esta sombra con el resto es que la guerra nos hace matarnos mutuamente.
Siempre buscamos la mejor manera de hacer su trabajo, es algo inevitable que descubramos formas y objetos que nos permitan causar más muertes y dolor por donde sea que estemos. "Pero hay personas buenas que jamás le harán daño a alguien más" podrás pensar, a pesar de que esas personas existan siempre habrá el muchas más personas dispuestas a lastimar a otros para complacer sus caprichos.
Solo nos queda esperar, esperar que esa sombra que está constantemente al acecho se quede en su lugar y no salte a nuestros cuellos otra vez, es nuestra única oportunidad de evitar destruir a nuestra especie, en el pasado siempre estuvo a punto de acabar con nosotros pero no podremos confiar en la suerte. Al menos no eternamente.