El cuervo saltó al hombro de Sunny, y se dirigieron hacia donde se escondía la Pesadilla. Cronos, molesto, los seguía con una sonrisa emocionada.
Dicho esto, Sunny no pudo permanecer molesto por mucho tiempo debido a la mirada de adoración que el viejo le estaba dando.
—Señor Sin Sol... si puedo preguntar...
Él rodó los ojos y suspiró.
—¿Qué?
Cronos dudó por un momento.
—...¿Qué es un caballo?
Eso casi hizo tropezar a Sunny.
—¿Qué demonios... por qué suena como algo que diría yo?
Se encogió de hombros.
—Es un gran animal que corre muy bien. La gente solía montarlos para desplazarse. Por supuesto, mi caballo no es un caballo ordinario... es una verdadera amenaza, esa bestia.
El viejo frunció el ceño en contemplación.
—Pero, ¿por qué no usarían simplemente un barco?
Sunny reprimió el deseo de apretar los dientes y respondió con tono calmado: