De pie al borde del área VIP que se elevaba sobre la pista de baile de una discoteca popular, Sunny y Nephis miraban hacia abajo a la masa de cuerpos humanos debajo de ellos con expresiones extrañas. La música retumbaba y reverberaba por todos lados, haciendo vibrar todo el espacio. La oscuridad estaba llena de destellos de luz y figuras brillantes de proyecciones en movimiento elaboradas.
La gente estaba viviendo el mejor momento de sus vidas.
El club al que Effie los había llevado era un establecimiento exclusivo y lujoso al que solo los miembros de las clases elitistas de la sociedad humana podían acceder.
La cantidad de créditos que se gastaban cada minuto en bebidas alcohólicas exóticas y estimulantes legales era astronómica. El valor de la ropa de diseñador, los accesorios tecnológicos de última generación y las joyas preciosas presentes en el salón de baile era casi repugnante. La bestial excitación que impregnaba el aire era casi palpable.