Era todo una apuesta. Una apuesta temeraria, peligrosa, mortal... los soldados del Primer Ejército apostaban sus vidas contra la Bestia Invernal sin saber siquiera si podrían llegar a ella, y mucho menos dañarla.
Tal vez hicieron esa apuesta por desesperación, pero también por necesidad. Todos habían tenido la oportunidad de irse y todos la habían rechazado. Algunos lo hicieron por sentido del deber, o camaradería, o valentía mal entendida. Algunos simplemente se habían vuelto insensibles a los horrores de la guerra.
En cuanto a Sunny en sí, él no estaba realmente seguro de qué lo había llevado aquí. Había venido a esta tierra destrozada en busca de poder, pero esa búsqueda deseosa parecía tan infantil ahora. La Antártida había puesto muchas cosas en perspectiva... sin embargo, este cambio de perspectiva solo hizo que las cosas fueran menos claras en lugar de revelar la verdad.