La voz del Hechizo resonó en la infinita oscuridad del océano, haciendo estremecer a Sunny.
—Has matado a un Terror Corrompido, Sibila de la Gracia Caída.
—...Tu sombra se vuelve más fuerte.
A medida que el cuerpo velado iba descendiendo, envuelto en seda blanca ondeante, un último susurro rozó sus oídos:
—Has obtenido un Recuerdo.
El Terror estaba cayendo, más y más profundo en el frío abismo. Sunny echó un último vistazo a la pálida flor del gran sudario mortuorio, sabiendo que pronto sería consumida para siempre por las oscuras profundidades. Luego, se apartó y cansadamente se empujó en dirección opuesta.
Sunny... no estaba en buen estado.
Su mente se estaba recuperando lentamente del espantoso ataque mental, pero su cabeza estaba en medio de un agrietado dolor de cabeza, debido a haber vislumbrado el más mínimo trozo de la trama del destino. Su cuerpo se sentía débil y febril, aún sufriendo el contragolpe de haber agotado toda su esencia.