Un soldado llamado Ash no estaba teniendo un gran día. Apenas comenzada la batalla, su poderosa armadura de exoesqueleto sufrió daños en una de sus articulaciones de la rodilla. Aunque todavía podía pelear y disparar su rifle, por no mencionar más que dispuesto a enfrentarse a las abominaciones a pesar de tener su movilidad severamente reducida, el mando juzgó que el riesgo no valía la pena.
Como resultado, tuvo que abandonar a sus compañeros de infantería y retirarse al tren de suministros de la división, donde un equipo de técnicos intentó reparar su traje lo más rápido posible.
...Tristemente, no fueron lo suficientemente rápidos.
¿Quién sabía que se abrirían un montón de nuevos Portales, con uno de ellos apareciendo casi encima del tren de suministros apenas defendido?