Al terminar salimos de la biblioteca y cuando cruce la puerta de la calle allí estaba Daniel. Saliendo del coche de un amigo y me dijo:
-¿Cómo estas? ¿Va todo bien?- Al decirle que si me dijo sonriendo como nunca:
-¿Os venís a vernos entrenar?- María y yo asentimos pero Maya no podía. Llevamos a mi hermana a casa, mi madre puso resistencia hasta que Daniel le dijo que me obligaría a estudiar más si me quedaba a cenar. Me cambie y nos fuimos, al llegar vi a los 15 chicos del otro día. Les salude y Carlos, David, Roberto y Pedro vinieron a charlar mientras los entrenadores llegaban. Vimos que había muchas chicas que iban a verles entrenar, al ver que ellos hablaban con nosotras nos miraron con mala cara pero nosotras pasamos de ellas sonriendo contentas.
Nos sentamos en una grada pequeña, mientras ellos se cambiaban, al verlos salir solo tenía ojos para Daniel. Su equipamiento de color negro y rojo me quitaba el aliento, su camisa le marcaba la espalda y la musculatura de su cuerpo. Los pantalones cortos, calcetines altos y las deportivas con tacos negras.
Hicieron un mini partido, Daniel hizo un par de paradas impresionantes, estábamos alucinadas. Las otras chicas chillaban de emoción diciendo que estaba muy bueno y que era increíble, María dijo:
-¡Es buenísimo! Por eso es el portero titular del equipo.- Me encantaba como cuando paraba un balón difícil me miraba, Carlos burlándose le dijo:
-¡Oye! ¡Dan! Déjales marcar aunque sea un gol, se van a deprimir. ¡Deja de lucirte! ¡Emily te a querer igual! -Él secándose el sudor le miró y riéndose dijo:
-¡Pues que se esfuercen, yo tengo ganas de jugar bien!- Todos le miraron riéndose, al terminar el partido quedaron 4 a 0. Se nos acercó Daniel y me dijo:
-¿Un beso de victoria? ¡Las he parado todas!- Le sonreí y le besé con gran pasión, todos empezaron a silbar y las chicas a enfadarse. Carlos vino y dijo:
-¡Bueno, bueno! ¡Entonces también hay para mí! ¡He marcado los 4 goles me merezco un beso!- Daniel le miró sorprendido, María se levanto y le besó, eso nos dejo a todos alucinando.
Cuando se fueron a las duchas María me dijo:
-Me gusta Carlos, así que he aprovechado la ocasión.- Me quede tiesa, cuando salí de mi asombro le dije:
-Pero me dijiste que no era tu tipo, ¿Qué ha pasado entre vosotros?- Ella me explico que Carlos se había estado acercando a ella y al final ella cedió ante sus miradas. Pero él no se le había declarado así que solo se tenían afecto y algo más.
Terminamos de hablar cuando empezaron a salir de los vestuarios, algunos decían que Daniel les había hecho esforzarse para lucirse delante de mí y cosas así. A los cinco minutos salieron los tres, Daniel, Carlos y Pedro. Al llegar a su casa Carlos invitó a María a su casa para hacer los deberes y charlar, ella acepto enseguida. Antes de irse me guiño un ojo y yo le desee mucha suerte en silencio.
Como su hermana no estaba fuimos al estudio donde Daniel estudiaba para los exámenes. El salió un par de veces a coger libros, su móvil llevaba sonando todo el rato. Cuando entro lo miró y salió con el, después volvió a entrar sin decir nada, se sentó y abrió los libros.
Estuvimos toda la tarde estudiando y repasando, así que no hice caso de su comportamiento, al irnos a su cuarto mientras su madre hacia la cena fue como siempre. Nos besábamos teniendo en cuenta que teníamos que controlarnos por que la puerta estaba abierta.
Al despedirnos estaba raro, distante y un poco callado, creía que era por su examen pero el día siguiente por la tarde era mi cumpleaños no podía seguir así.
Esa mañana Daniel me había pedido que pidiera permiso para volver tarde a casa. Mis padres aceptaron por que era mi cumpleaños, ese día las clases no se mostraron agradables. Estaba sensible de manera sentimental, dos de los profesores nos hicieron un examen sorpresa por culpa de unos listillos. Encima nos pusieron muchos deberes y para postre mi madre me había regañado por una tontería que al final resulto que fue mi hermana la culpable.
Esa tarde cuando llegué Daniel estaba en el estudio arreglando los libros, me dio un beso rápido y nos pusimos a hacer los deberes, sabía que tenía muchos.
Su móvil volvía a estar insistente, al noveno mensaje le mire fijamente y él me dijo:
-¿No vas a hacer los deberes?- Un poco enfadada le dije:
-¿No puedo saber con quien te escribes? Tengo mucha curiosidad.- Daniel negó con la cabeza, al oír unos cuatro mensajes más me enfadé mucho. Me apresure a terminar mis deberes, cuando termine le dije que me iba a casa. Daniel extrañado me pregunto:
-¿Por qué? ¡Quédate! ¡Venga!.- No quería quedarme para ver como se escribía mensajes con alguien de quien no quería hablar. Así que le dije:
-¡Depende! Si vas a estar toda la tarde mandando mensajitos con quien sea. No quiero molestarte, así que si me voy podrás escribirte con esta persona toda la tarde si quieres.- Estaba casi llorando, Daniel sorprendido me dijo:
-¡Emi! ¿Por qué me hablas así? ¡Joder! ¿Qué te he hecho yo? Venga si desconecto el móvil, ¿te quedas?- Le dije que si, los celos me comían viva, por que él me decía que no me llamaba mucho, ni me escribía muchos mensajes por el tema del saldo y ahora se lo estaba puliendo en una tarde con otra persona de la cual no quería hablarme.
Le vi quitarle el sonido, no lo apagó, eso me dolió, después se lo puso en el bolsillo. Se sentó a mi lado, me miró y me dijo:
-Me quedan un par de ejercicios, ¿me esperas?- Asentí y le puse mi mano en su brazo, Daniel suspiro y siguió con sus deberes. Al momento me dijo nervioso:
-¿Quieres beber algo? Yo quiero una cola.- Como le dije que no se levanto y bajo a la cocina, tardo un poco pero volvió con un bote de cola abierto. Terminó el ejercicio que le quedaba y entonces me dedicó su atención. Me sentó encima de él y empezó a besarme de manera un tanto diferente, muy suavemente, demasiado dulce. No sabia que esperar, mientras sentía su móvil vibrar casa dos por tres. Estaba empezando a odiar ese teléfono cuando me dijo:
-¿Te enfadaras si contesto? ¡Es importante!- Su voz era seria pero en el momento que me rendí y dije que no, salió y me dejó sola. Dentro de mi me asaltaban las dudas, ¿Quién era esa persona? ¿Qué quería? Y lo que era peor, ¿Por qué respondía con tanta urgencia? ¿Y porque justamente este día?