—El grito de sorpresa de Oriana atravesó el aire cuando se encontró en una situación que nunca podría haber anticipado —Arlan, en su estado más vulnerable, había intervenido en su nombre, y la dejó asombrada. Su inmovilidad lo había dejado sin poder, haciendo que su rápida acción pareciera casi sobrehumana. El esfuerzo que debió haber ejercido fue sin duda inmenso, quizás incluso al costo de sus últimas reservas de fuerza. Le dolía ver su frágil forma resistir un ataque tan poderoso. La pregunta resonaba en su mente: ¿Por qué la había protegido?
—¿Su Alteza? —Oriana llamó, luchando bajo el peso del cuerpo de Arlan, el cual ahora se drapeaba protectoramente sobre ella. Lo acunó en sus brazos.