"4 capítulos
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Todavía estaba oscuro afuera cuando Arlan abrió los ojos. Como esperaba, su cuerpo se sentía rejuvenecido. Había dormido bien por primera vez en días y su ánimo se sentía infinitamente mejor.
Se dio cuenta de que su mano derecha sostenía algo, una delicada y cálida palma. Giró su cabeza para ver al propietario de esa mano. Oriana estaba sentada a su cabecera, durmiendo con su brazo izquierdo doblado bajo su cabeza como almohada, mientras su mano derecha asía la de él.
Se volvió hacia ella sin soltar su mano y mantuvo su mirada en su rostro adormecido.
Un rostro pequeño lleno del vibrante encanto de la juventud, con largas y exuberantes pestañas, cejas bien formadas y piel suave que no era ni pálida ni bronceada, sus rasgos equilibrados y exquisitos.
—Tan inocente parece por fuera cuando sus pensamientos son todo menos inocentes —pensó él.
Una ligera sonrisa se dibujó en su rostro mientras apretaba suavemente su mano.