Mientras tanto, Arlan y Yorian llegaron al jardín, donde el lobo blanco descansaba bajo la sombra de un árbol.
—Ella estaba mintiendo, ¿verdad? —comentó Yorian, refiriéndose a la mentira de Oriana acerca de que su cuerpo no sentía el impacto de sus poderes.
Arlan asintió. —Elegí no exponer su mentira frente a los demás, para evitarle cualquier vergüenza.
—¿Cuándo sentiste que su cuerpo estaba siendo afectado? —inquirió Yorian.
—Hoy, cuando la sostuve cerca, noté un debilitamiento notable de su energía —recordó Arlan su reciente encuentro en el jardín—. Aunque le hubiese preguntado, lo habría negado y probablemente se habría vuelto más reservada en el futuro para ocultarlo bien de mí.
—Hmm, conociéndola, es muy probable —acordó Yorian—. Ahora que ha comenzado, ¿cuál es tu plan?
—Buscar una solución —respondió Arlan—. Drayce sugirió que tú y los demás podrían proponer que formara un lazo con ella.