"En el gran foyer del Palacio de Cardo, Alex entró rápidamente e inesperadamente encontró a Imbert, cuya sorpresa era evidente. Imbert había estado bien informado acerca de la misión de Alex para la noche, por lo que presenciar su regreso señaló que algo había salido mal.
—Alex, ¿qué te trae por aquí? —preguntó Imbert. A pesar de conocer el propósito de Alex, su presencia aquí sugería una desviación de su curso planeado.
Alex se detuvo, fijando su mirada en Imbert, un querido amigo suyo. —Su Alteza está llegando aquí, y debo informar prontamente a Su Alteza de su llegada inminente.
Imbert se quedó sorprendido. —¿Aquí?
Apreturado, Alex asintió. —Excúsame.
—Espera.
Alex se detuvo, e Imbert, sintiendo su pregunta no formulada, agregó, —Espera un poco más.
Alex estaba desconcertado, pero Imbert respondió a la pregunta no formulada en sus ojos. —Puedes informar a Su Alteza una vez que ella haya cruzado el umbral del palacio.