Oriana llegó a la mansión Ahren, donde los guardias la reconocieron sin vacilación. Su presencia no encontró obstáculos; después de todo, ella era la joven que había despertado el interés de su Príncipe Heredero.
Con pasos determinados, Oriana se dirigió al lugar donde Luke había estado trabajando dos meses antes. Sorprendentemente, el lugar había sufrido una transformación, ahora funcionaba como una residencia.
No pudo evitar maravillarse ante la magnitud del cambio. Un pensamiento cruzó su mente: ¿también Luke habría partido en su ausencia?
Justo entonces, sus ojos se posaron en la figura que supervisaba a los sirvientes de la mansión. Reconociéndola al instante, el hombre se acercó a Oriana con una sonrisa de bienvenida.
—Oriana, ha pasado un tiempo —la saludó—. Escuché de Luke que acompañaste a Su Alteza en su viaje a Othinia.
—Escuchaste correctamente —contestó ella con cortesía antes de ir al grano—. ¿Sabes dónde está Luke? ¿Ya regresó al pueblo?