El pequeño Blackie pensó que después de tanto hablar, la otra persona reaccionaría, pero desafortunadamente se hizo el silencio.
Esta fue la primera vez que Little Blackie no pudo analizar la emoción de un humano. Maestro, honestamente, ¿dónde encontraste a este demonio?
El tiempo pasó lentamente. Al mismo tiempo, en otra carretera, seis autos negros conducían desde el oeste. Era obvio que la gente de adentro no era buena gente. La cicatriz en sus rostros no era el factor que los hacía parecer malas personas, pero sí sus miradas.
Había muchos animales en este camino. Sin embargo, cuando conducían, no les importaba si golpeaban a los venados oa los pájaros que volaban por los aires de repente.
Había muchos árboles en esta área pero muy pocos humanos.