Él no vendía comida, lo que hizo que llegara a la conclusión de que solo podía ser gente...
Fu Jiu apretó los dedos, la luz en sus ojos se volvió tenue, la oscuridad se parecía al cielo de noche, firme y tumultuoso.
La situación era mucho más complicada que lo que ella se había imaginado...
Y ella no podía darse el lujo de alertar al enemigo en lo más mínimo.
Esa pequeña evidencia que ella había obtenido no iba a ser muy útil. Por lo tanto, eso nunca terminaría hasta que los compradores quedaran expuestos.
Fu Jiu usó el QQ para buscar la cuenta del profesor Yang.
La información era vaga, consistía solo en su edad y ocupación, pero la columna de la ocupación le llamó la atención.
Ella se quedó congelada y, de repente, tuvo la urgencia de fumar.
Ella no se molestó en esconderse, mientras que salió y agarró una caja de Marlboro de la mesada.