—La realización de que todos sus dientes y mandíbula se habían quebrado envió una ola de agonía recorriendo el cuerpo del joven —dijo él.
—Apenas tuvo tiempo de registrar el dolor antes de que su cuerpo se estrellara contra la pared del edificio —comentó otro.
—El impacto se parecía a un jugoso pedazo de carne golpeando contra una superficie inamovible —agregó con una mueca.
—Su forma literalmente se desparramó contra la pared, la fuerza del impacto rompiendo cada hueso en su cuerpo y pintando el área circundante de carmesí —narró con detalle—. Los otros asaltantes tomaron aire agudamente mientras presenciaban la escena desplegarse.
—La corpulenta forma del joven se deslizaba por la pared como un húmedo pedazo de carne, dejando un rastro de sangre a su paso —explicó el testigo—. No había ni un solo daño en la pared del edificio a pesar del loco ímpetu del joven.