¡Catorce golpes de espada! Todos en la montaña estaban aturdidos, ¿quién era este hombre exactamente? ¿Realmente había comprendido un total de catorce golpes de espada en apenas cinco días? No solo eso, su nivel de cultivo tampoco era tan fuerte.
Ahora, Ye Lingshuang estaba totalmente muda. Mientras miraba la silueta de Qin Wentian, su boca se crispó antes de mirar a Granujilla en sus brazos. Granujilla tenía los ojos abiertos de par en par mirando hacia adelante, antes de gemir en una voz de bebé:
—¡Im…pre...cio…nan…te…!
—Impresionante, tu cabeza —Ye Lingshuang golpeó a Granujilla en su cabeza, haciendo que la mirara con tristeza.
—¿Qué estás mirando? ¿Quieres pelear, eh? —Ye Lingshuang resopló.