—¿Por qué? ¿Cómo obtuvo el control?
—Risa lo ayudó.
—¿Qué?
—No sé cómo lo hicieron, pero atacaron en un momento muy inoportuno y nos dejaron indefensos —asintió él.
—¿Qué clase de hermana me dieron? —murmuró ella para sí misma, sacudiendo la cabeza sintiéndose muy molesta.
—Desde ese día he estado tratando de planear mi regreso allí. Ahora es más fácil ahora que sé que soy un Licano.
—Eres un Licano, pero la mayoría de tus ayudantes no lo son —asintió ella.
—Hm, cierto. Si solo pudiéramos debilitar su manada, entonces podríamos penetrar —sostuvo él su cabeza.
—Sería difícil, sin embargo —suspiró Nyx, su cabeza girando con pensamientos.
—Hm, lo sé. He pensado en todas las formas posibles, pero son ridículas.
—Dado que dices que eres un Licano, se supone que debes tener magia. ¿No puedes hacer algo para despertar la magia en ti rápidamente?
—Todavía lo estoy intentando. Espero que funcione pronto —se encogió de hombros, sacudió la cabeza él.