—¿Quién eres tú? —preguntó Lin Yun con voz gruesa mientras lanzaba una Defensa de Espíritu sin que se note.
Sus diez matrices mágicas trabajaban de forma permanente, asegurando que ningún maná ajeno pudiera ingresar en su mente sin que él lo detectara. Por esa razón, Lin Yun dedujo que la voz que había oído en las profundidades de su mente debía ser algún tipo de poder espiritual o fantasmal. Y la Defensa de Espíritu era la perdición de esos dos poderes.
Pero...
—No desperdicies tu fuerza, las Defensas de Espíritu son inútiles conmigo. La voz volvió a resonar en su mente después de que había activado la Defensa de Espíritu.
—... —Lin Yun no pudo evitar maldecir.
Aquello realmente era un fantasma...
¿Cómo podría encontrarse con algo así?