Geng Anli miró a Dieter con curiosidad.
—¿Has tenido otra conversación a solas con el Presidente Rong?
Dieter asintió.
—Por el tono del presidente Rong, parece que te ha perdonado completamente y no me guarda rencor. Sólo quiere matar a Jordan. Anli, no tenemos que implicarnos por culpa de Jordan.
—¡Maten a Jordan o expúlsenlo!
Los ojos de Dieter eran feroces.
Geng Anli guardó silencio un momento antes de sacudir la cabeza.
—Jordan es una Deidad. Si tienes la capacidad de perseguirlo, hazlo. No te detendré. ¡Pero no tengo la habilidad de provocarlo! Muy bien, no te quedes más en mi habitación. Apestas a alcohol. Tengo que rociar un poco de perfume.
Con eso, Geng Anli tiró a Dieter del sofá y lo empujó fuera.
—Anli...
¡Bam!
Geng Anli no le dio la oportunidad de volver a hablar. Temiendo que Jordan viera esta escena en una visión, cerró la puerta con decisión.