Elías abrió un poco los ojos por las emociones que soltaba Vanet y no pudo evitar entristecerse por ello. Las emociones que detecto a lo largo del trayecto le habían dado una idea de lo difícil que resultaría llevarse bien con la aldea. Lo que no tomo en cuenta fue que el problema que agobiaba a la aldea afectara tan profundamente a sus habitantes.
"Fue una mala idea el tratar de vivir aquí. Mi deseo egoísta comienza a generar un conflicto entre sus mismos habitantes. ¿Sera que no soy acto para vivir en una comunidad?" pensó decaído. Sentir esas emociones traían memorias que preferiría olvidar. "Es mejor si hablo con el líder en privado para comunicarle que me iré mañana...No, no puedo hacerlo, Raf me trato bien y brindo un hogar. Si me voy ahora, fallare mi palabra con él. Primero tengo que ganar el festival solar, y después podre marcharme con la conciencia limpia".
Elías se mantuvo impasible hasta que Vanet respondiera a Orelia. Actuaria en consecuencia de esa respuesta y trazaría un camino donde cumpliría su promesa con Raf. Seria muy difícil, lo presentía, sin embargo, aprendió de su abuelo que uno siempre pagaba sus deudas. Eso si, ese pago debía estar en un área donde uno mantenga sus principios y no afecte a sus seres queridos.
—...De acuerdo, encárgate de Elías. Llévalo hacia su habitación para que descanse un poco, lo necesitara para la multitud que lo interrogara—acepto renuente. La idea de dejar a Orelia con Elías no le agradaba, no por que tuviera un problema con ella, solo que, esa felicidad en su rostro le daba mala espina.—Lo siento, Elías, te dejare hasta aquí Tengo ciertos temas que hablar con mi maestra.
—Lo entiendo. Estoy agradecido por tu compañía—asintió en compresión. Avanzo hacia estar a la par de Orelia y comento:—Quizás la próxima vez podamos retomar el recorrido en la aldea. Si tu lo quieres.
—Si, estaría bien. Si en ese tiempo no has visitado la aldea, te guiare a los mejores lugares. Veras que para ser pequeña, tiene maravillas que te impresionaran.
—Lo esperare con ansias. ¡Hasta luego!
Vanet se despidió junto a su maestra de Orelia y Elías. La sonrisa en su rostro no plasmaban sus verdaderos sentimientos: vergüenza, pena y enojo. Ella estaba frustraba consigo mismo, por caer en una falta tan básica como olvidar las futuras acciones de sus compañeros, como también, la clara falta de profesionalidad de ellos.
—Elías se ve como una buena persona. Estoy segura que afectara positivamente a Fanet.
—Sera un poco difícil. Me entere que Fanet empezó con el pies izquierdo. Tú misma sabes la razón.
—...Esa chica si es complicada. Ya le he dicho muchas veces que calme sus emociones. Desesperarse por cumplir sus objetivos solo la llevara a la ruina—suspiro con dolor de cabeza. A veces su hija resultaba ser mas complicada que ella en su juventud, su padre lo recalco. Si tan solo su hija tuviera una figura que admirar y seguir, no tendría que preocuparse tanto.—Parece que te dejare a cargo de la granja un tiempo. Debo volver a reeducarla, mas la prueba de adultez esta cerca.
—Te recomiendo que lo hagas lo mas pronto posible. Ella se volverá mas impaciente con la presencia de Elías—menciono Vanet. Guardo silencio unos momentos, hasta estar segura que estaban fuera del rango de la Autoridad del Héroe y dijo:—Maestra, la llegada del Héroe aquí genero una disconformidad en algunos.
—Lo sé. Tener al grupo de infiltración oculto en el tejado de mi casa ya es un indicativo—hablo seria. Miro al grupo salir de su escondite y no se sorprendió por las miradas paranoicas, temerosas y enojadas. Conocía mejor que nadie la razón de ese estado.—Miren, ustedes guardaran silencio mientras Vanet me cuenta todo. No quiero interrupciones.
—Faram, mejor te cuento yo. Vanet tratara de...
—¡Eres sordo, Tarf!¡Le di la palabra a Vanet, no a ti! Vuelve a interrumpir y tendremos un grave problema—interrumpió Faram. Lanzo una mirada fría y tan poderosa, que el escuadrón se inclino para resistir su caída a la inconciencia. Observó a cada uno con ojo critico y advirtió:—El siguiente que tiente su suerte recibirá una sanción muy grave y un combate verdadero conmigo. Ahora, compórtense como profesionales y no hagan caer mas bajo la reputación del grupo.
Faram dio una ultima mirada al grupo y volteo a ver a su discípula. La falta de respeto de Tarf la tenia muy intrigada, el no la interrumpiría a menos de estar extremadamente temeroso u cegado por el odio. Esa actitud tan inusual, no podía deberse solo a la estadía del Héroe, tenia que haber algo más que influyera en sus acciones.
>>Bien, Vanet, dime con lujo de detalle lo que sucede. Ver al escuadrón especial de reconocimiento e infiltración no son buenas noticia<<.
—Maestra, lo que paso fue...
◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇
Elías siguió a Orelia con cierta incertidumbre. La chica avanzaba sin hablar o mostrar un signo distinto a caminar. Verla de ese modo fue un cambio que no esperaba y confundía. Él estaba listo para responder sus preguntas y averiguar el objetivo de hacerlas en privado, no estar en silencio.
"Por que nada puede ser tan fácil, abuelo. ¿Es tan difícil tener una vida normal?" se pregunto. Siempre, donde fuera, se convertía en un problema que perjudicaba a otro. Al veces dudada que hubiera un lugar el cual pudiera pertenecer, uno que pudiera llamar hogar. "Si comienzo de esta manera, ¿que me dice que no sucederá lo mismo en otro mundo? Tal...tal parece que mi única alternativa es vivir solo".
El Héroe cambio su atención hacia Orelia para no caer en negativismos. La calma que tenia ante la situación lo tenia intrigado y un poco celoso. Ella caminaba con la mayor tranquilidad del mundo, sin problemas de por medio ni conflictos internos visibles. Una vista que generaba innumerables sensaciones en su corazón.
—Para ser el Héroe tienes serios problemas de inseguridad, Elías.
—¿Eh?—pronuncio confundido. La chica empezó en un área que no esperaba.
—Nadie de esta aldea odia la idea de que vivas aquí. No se que tanta es la idolatría que tiene la gente del continente hacia el Héroe, pero aquí lo tienen muy alto—continuo, sin importarle el estado de Elías.—Ten una cosa clara: no odia a Elías, mucho menos al Héroe, lo único que odian es el hecho que vienes del exterior.
—...Tú...¿Por que me dices eso?
—No eres la primera persona que conozco con serios problemas de pertenencia. Te quedarías pasmado si te contara la historia de cada uno—contesto. Sonrió con tristeza al recordar a aquellas personas y alzo la mirada al cielo.—Te voy a dar un concejo que aprendí de ellos: el lugar donde uno pertenece, no es un castillo con falsas riquezas o un pueblo lleno de gente, es aquel que contenta y añora tu corazón.
Elías se detuvo abruptamente y observo el suelo en conflicto. El concejo de Orelia denotaba experiencia con esas emociones y podía estar de acuerdo con ellas. El problema surgía al momento de analizar sus memorias y recordar un solo lugar el cual llamo hogar: la granja de su abuelo. Ese era el único sitio que definiría como un hogar, y ya no estaba. No, desde la ultima vez que lo visito, se había trasformado en todo menos un hogar.
—Lo haces parecer tan fácil. Ojala tuviera esa misma dificultad—murmuro. Había tratado y superado la mayoría de dificultades que se le presentaron en su viaje, y ninguna de ellas se comparara a encontrar su lugar en el mundo.—A todo esto,¿ por que me dices esto? Tu objetivo era obtener respuesta, no darlas.
—...Igual las conseguiré. Son preguntas que con solo verte se responderán. Es solo que...
—¿Solo que?
—Lo sabrás a su debido tiempo.
Elías levanto su rostro intrigado y se encontró con la mirada de la chica. Esos ojos negros, tranquilos y profundos como el océano, intentaban buscar y observar su ser a través de las puertas del alma, los ojos. Por alguna razón, esa acción no lo molestaba. Eso mismo lo extrañaba, por que no era una conducta natural en él.
—Ya veo, eso lo explica todo. Tú bajo desempeño en la Autoridad y la perdida de la mayoría de tus poderes son por no completar tu promesa, tu trato, tu pacto. Romper un ciclo tan fuerte en el mundo traerá un cambio devastador.
—¿Eh?¿...Que quieres decir?
—¿Que te llevo a tomar tal decisión, Elías?—pregunto. Al recibir una mirada conflictiva, suspiro para sus adentros. La carga emocional que experimentaba Elías comenzaba a alcanzarlo y quería provocar más que una sobrecarga. No obstante, necesitaba confirmar cierta información.—Cambio la pregunta:¿ por que no tuviste tu combate predestinado con la reina demonio?
Elías casi sufre un colapso mental por la pregunta. La chica delante suyo consiguió, de alguna forma, información que ni siquiera el líder de la aldea tenia en su poder. Dudaba que ver su alma diera esa respuesta, después de todo, las múltiples barreras en su alma no sufrieron algún daño y, por si fuera poco, el entrenamiento espiritual de los seres en el mar estrellado permitía inmunidad hacia los ataques espirituales de cualquier ser fuera de este.
Elías, entonces, respiro hondo y cerro los ojos. Aparto todo su dilema mental, planes futuros y sentimientos actuales para más tarde. Matarse en sus propios problemas no ayudarían ahora, no con alguien como Orelia. La máxima prioridad se convirtió en una sola: descubrir como obtuvo esa información. De ahí, buscaría la manera de neutralizar su divulgación y reducir cualquier pista que su comportamiento pudiera mostrar.
>>Tu silencio es una confirmación de ese hecho. Tengo media respuesta contestada, ¿Quieres hacerme el favor de revelar la otra mitad?—pregunto. Luego, recordar su misión y se volteo.—Mejor hablemos en el camino. Permanecer mucho tiempo quietos puede llamar la atención de los demás.
—...Esta bien—asintió.
Ambos retomaron su camino en silencio. Pronto llegaron a una interjección y se toparon con tres caminos: el izquierdo llevaba a la plantación de Ahaj, el derecho a la excavación de Kalp y el central a un grupo de árbol arcoiris.Tomaron el camino central y tuvieron cuidado de no pisar las lianas sobresalientes de la cosechas de Vital Spirit
—Tienes razón, no enfrente a la reina demonio—empezó. Después de un minuto de silencio, lo rompió con un hecho conocido.—En mi viaje, vi como no necesitaban mi ayuda. Ellos consiguieron depositar su esperanza en otra persona. Escogieron un Héroe propio, mejor que yo. ¡¿ Por que tendría que soportar más mi cargo?!
>>Jamás entenderé por que la diosa Génesis me escogió. Hay seres mejores que yo para tomar el titulo<<suspiro. Hablar de ese tema no era fácil para él. Podía contar con una mano la cantidad de individuos que conocías sus pensamientos, y hoy Orelia se convirtió en una.>>En mi humilde opinión, el titulo de Héroe es una maldición. Cargar con tal titulo no es para alguien tan débil como yo. En primer lugar, ¿por que, de entre todos los seres de este universo, yo soy el Héroe? No soy tan increíble, fuerte e impresionante para ser comparado con los Héroes de antaño.
—¡Vaya, tienes un serio problema de autoestima! Tu infancia tuvo sus complicaciones. Mira que causar tal pensamiento en alguien con tal Autoridad...El destino es muy curioso—hablo con tristeza. El destino tenia un gusto muy peculiar por repetir ciertos eventos en individuos importantes.—Gracias. Por fin tenga la respuesta de algunas...
—Dime: ¿como supiste que no nos enfrentamos?—interrumpió. No dejaría que finalizara e hiciera de lado el tema.—Ni siquiera Raf tuvo un indicio de mi renuncia. Si te atreves a no contestar, no responderé cualquier pregunta futura que tengas.
—Bien. Así esta bien. Actúa como el Héroe y no me permitas tener terreno.
—Deja de llamarme Héroe. Se lo permito a los demás para no levantar sospechas, pero odio ese titulo. No sabes los problemas y arrepentimientos que tengo por ello.
Orelia asintió con los hombros sin importarle mucho como lo llamaba.
Varias veces tuvo que usar títulos, apellidos, apodos, honoríficos o segundos nombres para referirse a ciertas personas. Además, estar en la misma situación y experimentar el dolor de corregir las equivocaciones en sus títulos y nombre, radico en que perdiera esa molestia.
—Lo entiendo. Bien, Elías, haz tu pregunta.
—¿Como supiste que no nos enfrentamos?
"Con que comienzas ahí,¿ eh? Esto será interesante "murmuro con un brillo en los ojos. La pregunta centraría las opciones de Elías, daría una idea más clara de sus movidas y lo encaminaría a un solo destino.—Hay dos respuestas, cual quieres: la simple o larga.
—La larga, por favor
—Bien. Eres consiente que no eres el primer Héroe en llegar aquí.
—Si—confirmo con un pequeño asentimiento.—Raf me conto en nuestra reunión que el Héroe o la Reina Demonio llegaban aquí al poco tiempo de obtener la victoria.
—Correcto. Al terminar su batalla destinada, el ganador se marchaba del continente y terminaba a dentro de la barrera. ¿No te parece curioso?
—Desde que Raf lo menciono estaba intrigado. Es demasiada coincidencia que uno de nosotros siempre llegara aquí. Lo mas extraño es que yo, sin vencer a la Reina Demonio, haiga parado en la isla—comento. El destino de la Reina Demonio y él los guiaba de alguna manera a la isla. Sin importar si cumplían la tarea o no, algo en ese lugar los atraía en algún punto.—Supongo que tengo un destino muy fuerte en esta isla. De no ser así, me pregunto por que sufro esta degradación en mis habilidades.
—Hace algún tiempo, un grupo de eruditos del desierto sin fin tuvo el mismo dilema. Las apariciones constantes del Héroe o la Reina Demonio intrigo y fascino a ese grupo de estudiosos—menciono. Los eruditos del desierto tenían una manía por resolver lo misterioso. Para ella, tarde o temprano, un tema como este llamaría su atención.—Ellos no conocían un método para salir de la barrera, y dudaban que los del exterior tuvieran esas habilidades. Sin embargo, que dos individuos consiguieran lo que muchos no, abrió una exhaustiva investigación.
>>El lapso de tiempo de ese momento hasta hoy son dos mil años. Tiempo que otros interesados usaron para corroborar sus propias hipótesis a través de los mayores exponentes, el Héroe y la Reina Demonio. Por desgracia, esos mismos fueron renuentes al hablar del tema. No obstante, ciertas variables estuvieron presentes en cada caso<<.
—¿Variables? ¿Cuales?—pregunto. Quería confirmar si la perdida de poderes y otras peculiaridad de él estaban relacionadas.
—Hay cuatros variables constantes, según los datos arrojados de las investigación,: el lamento de matar al otro, disminución permanente de habilidades, un ciclo de enfrentamientos entre el Héroe y la Reina Demonio, y...
Elías espero la ultima variable con intriga. El silencio repentino de un enigma como Orelia le daba un valor importante a tal elemento. Sobre todo, el duda de siquiera mencionar esa variable lo elevaba alto. Aun así, existía la posibilidad que no fuera para tanto y su comportamiento sea por el valor que la gente de la isla tenia en el.
Un minuto mas tarde, Orelia se detuvo. Un silencio inexplicable baño los alrededores y redujo la presencia de los seres vivos a casi nada. Era como si el mundo supiera que el tema a tratar a continuación fuera mas importante que otra cosa. Como si, esa simple respuesta cambiaria el destino del mundo.
>>...Elías, esa ultima variable es...Tú y la Reina Demonio son incapaces de usar la Materialización Espiritual<<.
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