—¿Dónde están las flores? —preguntó Qiao Mei con curiosidad.
La expresión seria de Qiao Mei hizo reír al viejo señor. Esta señorita no parecía sentir que él le estuviera mintiendo. Qué interesante.
—No es la temporada de floración todavía. Puedes echar un vistazo al folleto. Hay una foto de cómo es cuando están en flor —El viejo señor sonrió y les entregó un folleto a los dos.
Qiao Mei hojeó el folleto. Había imágenes de todo tipo de camellias en su interior, y en diferentes colores como blanco, rosa y rojo. Incluso había una que era de dos colores, la mitad de la flor era blanca y la otra mitad era rosa.
Qiao Mei señaló la imagen del folleto y preguntó:
—¿Cuánto cuesta esta variante?
—Señorita, tienes buen gusto, pero este ejemplar no está a la venta. Después de tantos años, solo he conseguido cultivar este un árbol. Mira los otros —dijo el viejo señor.
Qiao Mei puso los ojos en blanco y cerró el folleto con enfado.
—¡Por qué lo mostraba si no quería venderlo!