—Al día siguiente, Shen Fanxing pidió pato laqueado para Bo Jinchuan —comenzó el narrador.
—Ella pidió a Xu Qingzhi y a Yin Ruijue que los acompañaran.
—Y eso resultó en el sombrío estado de ánimo de Bo Jinchuan.
—Cuando llegaron al hotel por la tarde, Shen Fanxing comenzó a empacar sus pertenencias. Planeaba descansar por la tarde y regresar a la ciudad de Ping Cheng mañana por la mañana.
—Bo Jinchuan debió haber acumulado mucho trabajo durante los últimos días. Tan pronto como llegó al hotel, se sentó en el sofá, y sus llamadas y videoconferencias no pararon.
—Los dos compraron algunos bocadillos locales.
—Shen Fanxing contempló por un momento antes de vaciar una maleta para guardar la ropa de ella y de Bo Jinchuan.
—Encajó perfectamente —dijo ella.
—Mirando las maletas que contenían su ropa, Shen Fanxing no pudo evitar sonreír.
—Eran dos personas en una habitación y en una cama. Sus ropas estaban colocadas juntas.
—Ella y Bo Jinchuan… —sus ojos brillaron—. Qué maravilla.