Por razones de seguridad, Li Yao pasó siete días recolectando escombros en el espacio, grabando en ellos conjuntos de runas de poder e incrustando cristales en ellos como fuente de impulso.
Calculó el volumen y la densidad de los escombros con cuidado, asegurándose de que todos se quemaran mientras atravesaban la atmósfera del cuarto planeta sin dejar rastro alguno. Si las personas en el cuarto planeta levantaron la cabeza y observaron, lo mejor que pudieron notar fue una lluvia de meteoritos glamorosa y resplandeciente.
Mientras tanto, Li Yao se escondió dentro de una pieza de los escombros en su traje de cristal, haciéndose pasar por una estrella fugaz. Entra en el planeta desconocido. ¡Ahora comienza!