"Gritos.
—Elle podía oírlo gritar. —Sebastian...
Incluso en este pozo de oscuridad, —Elle podía escuchar la agonía y la ira en su voz. —Estaba desgarrando su corazón en un millón de pedazos. Porque no importaba cuán fuerte él gritara, ella no parecía poder hacer nada por él. Todo lo que podía hacer era quedarse allí en la oscuridad, moviéndose contra su voluntad. Una marioneta.
—Había intentado luchar. Tantas veces… lo intentó. Luchó para liberarse de lo que sea que la estaba controlando, de la prisión en la que se encontraba. Este ser no podía ser una pesadilla. No hay forma de que solo esté teniendo una pesadilla. Todo parecía demasiado real para serlo. Lo único que tendría sentido sería… que estuviera bajo algún tipo de hechizo.
—Que esto fuera una pesadilla era más imposible para ella que fuera un hechizo. Sí, después de todo lo que había pasado, —Elle ya no podía dudar de estas cosas que no eran más que ficticias y supersticiosas para ella no hace mucho tiempo.