El grupo se sorprendió cuando Rain reveló su intención de participar en otra batalla. Acababa de soportar un arduo combate que casi lo había llevado a la muerte, y la perspectiva de enfrentar más peligro los dejó ansiosos y en alerta. Los corazones latían con fuerza, y una atmósfera inquieta se asentó entre ellos.
Sin embargo, Rain no los dejó en suspenso por mucho tiempo. Comenzó a explicar su estrategia, detallando cómo pretendía evitar que se repitiera el desastre casi fatal que había experimentado. A medida que proporcionaba los detalles, sus palabras empezaron a cobrar sentido, aliviando gradualmente la tensión dentro del grupo. Se dieron cuenta de que Rain había pensado cuidadosamente en su plan y, en teoría, parecía ser una solución viable.
A pesar de que la incertidumbre aún persistía, su explicación ofreció un atisbo de esperanza y una renovada determinación. El grupo comenzó a considerar el plan más detenidamente, evaluando los riesgos contra las posibles recompensas.