Las dos bestias, cuyas bases de animales era difusa, más bien parecidos a unos hombres león muy peludos, se movieron rápidamente hacia Seras
Le bastó un vistazo a la elfa darse cuenta de que eran en efecto muy fuertes, pero ella ahora era diferente a la mujer que se enfrentó fútilmente a Zaharzim.
En un movimiento muy ágil esquivo al primero de los animales, a pesar de estar blandiendo su pesada arma, se sorprendió a ella misma al darse cuenta que este cuerpo no muerto era más fuerte que cuando estaba viva, incluso, noto una fantasmagórica estela sombría desprenderse de su figura.
Haciendo un movimiento circular vertical con su arma hirió a la segunda bestia, atizándola al suelo, tan fuerte que estuvo segura de haberla matado.
Nugg miró de reojo el combate de sus compañeros contra Seras, si eran tan débiles como para ser derrotados por ella, no merecían ser parte de los 12. Hizo una señal al resto para que no intervinieran.
El hombre bestia que quedaba rugió furioso, corrió violentamente contra Seras, pero noto atónito como la figura de la elfa se difuminaba en un humo sombrío, y aparecía justo atrás de él. Al igual que Kharas Nothar, solo vio el mundo darse vueltas antes de morir.
-¡¿quién sigue?!- gritó Seras furiosa, miró de reojo a Nugg, contra él no podría, el nivel de Redhand era muy mayor al de ella y no había podido ni rasguñar al que parecía ser el líder de los 12, aunque ya eran solo 10.
Redhand salió furioso desde los escombros en los que quedó clavado.
Al ver a su héroe salir más o menos ileso, el público vitoreo su nombre, o como lo apodaban. "¡Mata tiranos!".
Redhand corrió vertiginosamente, rebasando a la poderosa Seradriel y los cadáveres de las bestias, al llegar a unos 10 metros de Nugg pareció desaparecer, como una ilusión pareció rodear a su enemigo en ambas direcciones, luego sus pasos se volvieron tan irregulares que el patrón de sus movimientos daba la sensación que estaba en múltiples lugar y corría en numerosas direcciones.
Atacó entonces desde todos los lugares, con el puño cerrado y con patadas altas y bajas.
Nugg hizo un gesto que al parecer endureció su cuerpo a tal punto que resistió de buena manera los embates del Soñador Oscuro.
Volvió a atacar.
Un golpe fuerte y recto, como el anterior, pero esta vez Redhand lo esquivó con gracia, como si de un ser vaporeo se tratase.
Nugg se frustró, ese tal Redhand no era tan débil como pensaba, pero solo le bastaría un par de golpes para dejarle nocaut.
Redhand saltó hacia atrás y puso firmemente sus pies en el suelo, en posición de carrera, ¡lo haría!.
Saltó eyectado hacia delante y girando como una bala cruzó el cuerpo de Nugg con tanta velocidad que el viento que genero movió el cabello de todos los presentes.
¡Fantasia!, gritó Red, que se detuvo varias decenas de metros a la espalda de Nugg.
El moreno quedó como si una aplanadora lo hubiera pisado, en una pose de en la que parecía tener todo quebrado, pero no explotó en sangre como Fenrar, solo escupió sangre manchando su traje.
-Menuda bestia- reflexionó Redhand en voz alta.
-Eso…- trato de decir Nugg muy mal herido;- no me lo esperaba-.
-Ni yo que fueras tan duro-.
-¡No te creas tanto!- gritó Nugg que se reincorporó en un movimiento doloroso que le acomodó todos los huesos;- no eres nada aún Dark Dreams-.
Se giró contra Red y ambos se miraron muy molestos. Pero, Redhand desató ahora todo el poder de sus ojos, haciendo temblar irrisoriamente a los 9 asesinos que quedaban, Nugg no tembló pero si se sintió, en el fondo, atemorizado, como si una fuerza tremenda lo fuera a pisar en cualquier momento, y que no se detendría hasta borrar su existencia.
-Imposible- refunfuñó Nugg que avanzó tan velozmente que desapareció incluso para la aguda visión de Red.
Era más rápido que Zarkov y que Kay con la combustión.
Redhand endureció su cuerpo para resistir los golpes, pero un viento lo arrebazó y supo que su objetivo ahora no era él sino Seras.
Enfureció como pocas veces, e increíblemente alcanzó a Nugg antes de que llegara a Seras, y apenas lo pudo frenar tomándole el brazo.
-¡Arde!- se escuchó la voz de una mujer, una voz misteriosa y seductora, pero con una firmeza que confundía lo que decía con una amenaza de muerte.
Nugg sintió entonces como si las llamas del infierno lo envolviesen y gritó de dolor, retorciéndose en piso, cubierto de llamas que no se detenían ni con todos sus esfuerzos.
Redhand y los 9 dirigieron su vista entre la multitud, y salió al fin la dueña de aquella voz, una mujer de estatura media, ojos verdes y piel tostada, era hermosa, pero su encanto sensual era lo que más destacaba.
Los 9 antes de ir por su líder se propusieron a atacar a la mujer.
Eran también muy veloces, sorprendiendo a Redhand y Seras, que solo lograron atrapar a dos, los 7 restantes se lanzaron como lobos hambrientos contra la hechicera, que asustada cerró los ojos cuando parecía ya acabada.
Desde el aire se escucharon una ráfaga de disparos, que los 7 lograron esquivar con dificultad, resultando varios heridos por el calibre de la ametralladora.
Era una maquina voladora, una especie de helicóptero muy rudimentario, al muy estilo duende, pero quien lo manejaba no era uno de ellos, sino un hombre, alto, rechoncho y rubio y al lado de él un humanillo tan pequeño que se habría confundido con un niño de no tener un bigote muy descuidado.
Los restantes 12 se dieron cuenta que ya no tenían ventaja, corrieron como pudieron, tomando a Nugg que gritaba dolorosamente por sus quemaduras y se esfumaron entre la muchedumbre.