—¿Qué información necesitas? ¿Creí que estabas muy feliz de ser la perrita faldera de Khaos? —Xaden soltó una risita desde la esquina. Estaba de pie al lado de la ventana, donde la luz de la luna se filtraba y lo único que hacía pensar a Zuri que él no era real era el hecho de que no tenía sombra.
Mientras tanto, Khaos dormía a su lado, por lo que necesitaba levantarse rápido y con cuidado, en caso de que despertara a Khaos.
—¿Qué? ¿Vas a traicionar a Khaos ahora? —Xaden rió a carcajadas, como si esa fuera la mejor broma que había escuchado. Se burló de Zuri y le apuntó con su dedo huesudo.
—Mírate, hablando de lealtad hacia él, pero ahora quieres ver a ese hombre para saber más sobre el pasado del licántropo. ¿Qué es? ¿Tu conciencia no pudo soportarlo cuando descubriste que el licántropo era un asesino? Ellos son asesinos —Xaden soltó una risita cuando Zuri lo miró furiosa e intentó ignorarlo.