—¿Qué? —exclamó la familia estupefacta.
La visión de Bai Yuzhen se oscureció y casi se desmaya.
Lin Wanhao sostenía a Bai Yuzhen con un brazo, sollozando incontrolablemente.
—¡Padre! —exclamó Lin Luoluo, que también estaba devastada, pero intentaba controlar sus emociones con esfuerzo.
—Dr. Yu, ¿qué pasó exactamente? Aunque mi abuelo estaba en estado crítico cuando lo trajeron, no estaba más allá de ser salvado, ¿verdad? —preguntó Lin Luoluo con ansiedad.
—¿Cómo llegaron las cosas a este punto? —preguntó Lin Chaodong, confundido.
Yu Kuan no había esperado que la condición del paciente empeorara tan rápidamente después de ser llevado a urgencias.
Lo tomó por sorpresa.
Pero en este momento no podía admitir que era su culpa; de lo contrario, su reputación se dañaría gravemente y podría afectar su próxima candidatura para el puesto de director del hospital.
El rostro de Yu Kuan se oscureció.