—El Comandante Espadachín es poderoso de verdad. Merezco perder —dijo respetuosamente Huangfu Hao.
Él vio al Espadachín con una espada larga en su espalda y supo que debía ser experto en el Principio de la Espada, pero el comandante lo derrotó sin usar ninguna arma, lo cual demostró su fuerza.
—Tú también eres muy fuerte —respondió Jian Wushuang con una sonrisa.
En este momento...
—Jaja, nuestro nuevo comandante parece bueno.
Una risa cordial estalló. Luego vieron a un hombre de cabellos castaños volando hacia ellos por el aire. Con un gigantesco hacha en su espalda, el hombre lucía arrogante.
—Shi Ling, ¿quieres pelear? —Lei Dao miró al hombre con una sonrisa.
—Claro, es raro encontrarse con un nuevo comandante. ¿Cómo podría perderme tal oportunidad? —El hombre de cabellos castaños se rió y pronto apareció frente a Jian Wushuang.
—¿Shi Ling? —Jian Wushuang lo miró.
—Shi Ling también es un comandante. Es un poco más fuerte que yo —agregó Lei Yun.