—Ella, ¿estás loca? Se atreven a tratarte así, y todavía te quedas con ellos... ¿Qué pasa si te sucede algo...
Chloe se opuso firmemente a la decisión de Ella.
—Chloe tiene razón. Tu hermano te trata de esta manera, lo que muestra que siempre ha sido horrible contigo. Ella, escúchanos, muévete a mi casa. ¡Puedes compartir habitación con Chloe! —Charles instó suavemente.
—¿Por qué mi mujer debería vivir en tu casa? ¡Si se va a mudar, será a la mía! —Eric rió ligeramente, su sonrisa traviesa hizo que Chloe apartara rápidamente la mirada, maldiciéndolo internamente por su encanto.
—Señor Nelson, Ella solo tiene dieciocho años. ¿Realmente está sugiriendo que se mude con usted?
—¿Por qué no? La ley de matrimonio en el País S permite casarse a los dieciocho —Eric respondió con una sonrisa juguetona—. ¿Qué dices, cariño?