Las lágrimas de Ella fluían libremente mientras él la devoraba con sus besos desesperados. Su alma temblaba bajo su toque ferviente, reavivando las llamas de una conexión mucho tiempo dormida.
Había pasado tanto tiempo... tanto desde que estuvieron juntos. Lo extrañaba terriblemente.
Sin embargo, debido al desamor en su vida pasada, no podía permitirse amar profundamente a un hombre otra vez. Cuando Eric dejó de buscarla, ella resolvió dejarlo ir.
¡Solo el cielo sabía cuánto lo había extrañado en esos días!
Sus besos encendían un fuego dentro de ella, y su cuerpo comenzaba a responder, pero la intensidad brusca de él presionaba dolorosamente sobre su brazo herido.
—Ahh... —Ella soltó un grito de dolor, y Eric inmediatamente la soltó, sus ojos llenos de preocupación.
Viendo su rostro pálido sonrojarse y notando las vendas en su brazo, Eric tomó suavemente su mano. —¿Duele mucho?