—Príncipe Aldric, finalmente está aquí —Aurelia abrió la puerta para dejar entrar al príncipe oscuro, cuyos ojos ni una sola vez la miraron mientras rondaban por la habitación en su lugar.
—¿Dónde está ella? —Fue directo al propósito de su venida por supuesto.
—Allí —Aurelia señaló la habitación contigua y Aldric no esperó a que ella lo acompañara, ya estaba caminando hacia allá.
Después de que André se fue, Aldric cargó a Islinda y la dejó en la sala de Zaya. La curandera la desintoxicaría del estúpido vino Fae que había tomado. Así que se fue sin importarle si Islinda sobrevivía al proceso o no. Tenía que demostrarle a André que no le importaba lo más mínimo lo que le pasara a Islinda. La única razón por la que la mantenía con vida era porque era importante para sus planes —y era extrañamente interesante. Su modesta naturaleza humana la hacía una compañía entretenida.