—Les advirtió enérgicamente y estaba en contra de que fueran allí; ese hombre no era alguien a quien te proyectarías. Era esperar a que él se acercara o perder la oportunidad.
—¿Cómo puedes hablarle así a tu hermana? —preguntó Wen Yue, enfadada de que después de aquel momento vergonzoso con Huo Shen, su hijo regañara a los miembros de su familia; debería estar enfadado con Huo Shen. Él fue el primero en faltarles el respeto.
—¡Tú también cállate! No sé en qué estás pensando. Déjame advertirte, si quieren perder sus vidas, por favor, no traigan desastres a nuestra familia, una vez que regresemos a nuestro país pueden volver y solucionar sus agravios solo ustedes... —se calmó mirándolos fijamente. Claramente no estaban pensando en el mañana. ¿Sabían lo que diría el Rey si escuchaba lo sucedido?
Inmediatamente se callaron sin quejarse. El Rey siempre había apreciado a Ye Xin Feng y siempre había estado a su favor.