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—Descuide, señora, no la defraudaremos —tomó aire profundamente el director—, ni dejaremos que los aprendices sufran.
Tras lograr apaciguar a los fans y persuadirlos para que se dispersaran, el exhausto director y productor regresaron a su oficina.
—Llama a Medios Tianle —dijo el productor, dando una calada a su cigarrillo tras meditarlo un momento—. Pide su opinión.
La asistente marcó rápidamente el número.
Una vez conectado, el planificador respondió el teléfono, con un tono indiferente —Sra. Feng, uno de sus talentos ha causado bastante revuelo. ¿Qué debemos hacer?
Sabía que Feng Peizhi estaba ocupada manejando los asuntos de las Chicas del Cielo Estrellado y no tenía ni tiempo ni inclinación para lidiar con Si Fuqing. Esto era más bien una llamada de cortesía.
Feng Peizhi fue igual de indiferente —La compañía no intervendrá; manejenlo como crean conveniente.
Si Fuqing había cavado su propia tumba, y Medios Tianle no tenía tiempo para gestionar sus asuntos.