La audiencia, cuyos ojos estaban cubiertos o desviados hacia otro lado, podía escuchar el fuerte chisporroteo mientras todo el escenario se cubría de luces moradas.
Badump… badump…
Sus corazones latían caóticamente, casi saltando a sus gargantas.
El sonido era tan fuerte que les dolían los oídos, y casi parecía como si el escenario se hubiera convertido en el cielo. Los cielos estaban furiosos, y un torrente de tormentas eléctricas se estaba gestando en la masa de nubes y azotando el lugar con un fuerte bombardeo.
Bang-
Bang-
Podían escuchar un grito agudo y penetrante que venía del escenario y sabían quién era quien les hacía temblar de miedo.
Sin duda, era la acróbata pulga saltarina—no, la jovencita de antes.
Una atmósfera terrible envolvía el lado del Distrito Externo. Mientras tanto, los seguidores de las Alturas Soarantes se golpeaban los muslos y rugían, animando al puño relámpago a terminar con Li Chunhua.
—¡Acábala! —gritaban.
—¡Acábala! —se sumaban otros.