PUNTO DE VISTA DE VALENCIA
Mi cuerpo estaba demasiado rígido. Ese fue el primer pensamiento que cruzó mi cabeza tan pronto como recuperé la conciencia.
—Oye, ella está despertando —escuché una voz familiar y no tardó en registrarse en mi cerebro que pertenecía a nadie más que al Alfa Maverick.
Los eventos de lo que sucedió antes de que me desmayara inundaron mi cabeza y suspiré internamente, haciendo todo lo posible por abrir los ojos.
Ese hombre enmascarado, esos ojos, esa voz, se veían tan familiares que casi lo confundí con el hombre de mis recuerdos, al que salvé. Pero, ¿cómo podría ser eso?
Si él fuera, seguramente me habría reconocido, ¿no? Yo tampoco llevaba máscara.
—Aurora, ¿estás bien? —le pregunté a mi loba que estaba acostada en mi espacio mental con una expresión pacífica en su rostro.
—Estoy bien y estoy orgullosa de ti, Valencia. Me alegro de que la diosa luna me haya reencarnado dentro de un humano fuerte como tú —dijo Aurora.