Daphne se encontraba incómoda en medio del estudio de Richard, moviendo su mirada inquieta alrededor de la habitación.
Se sentía como una colegiala enfrentando un castigo con el decano y por un momento le regresaron memorias de sus días en la escuela privada de la Sra. Hauet. Sin embargo, en este momento su tarea estaba lejos de ser una agradable reminiscencia. Necesitaba examinar la oficina de Richard tanto como fuera posible mientras aún estuviera allí.
Las paredes estaban forradas de estanterías llenas de libros encuadernados en cuero y varios adornos que parecían tanto costosos como antiguos. Un amplio escritorio de caoba dominaba el espacio, cubierto con montones de documentos y una botella de whisky a medio vaciar. Richard estaba sentado detrás de él, cebando un vaso de la líquida ámbar mientras sus ojos permanecían fijos en los papeles frente a él.