Hera, Zen y Xavier se dirigieron de vuelta al establo reservado para los caballos de competición. A cada participante se le asignaba un cubículo para su caballo, proporcionando un espacio para que pudieran descansar y calmar sus nervios antes de que comenzara la competición.
Oficiales del evento estaban estacionados en cada entrada y salida, y cámaras de CCTV vigilaban toda el área del establo. Estas medidas se implementaron como precauciones contra cualquier táctica deshonesta por parte de los competidores, asegurando la equidad y proporcionando tranquilidad para todos los participantes.