Cuando terminó de grabar su declaración, el cielo ya se había aclarado. Su Wan salió de la estación de policía y miró hacia el sol naciente, sintiéndose extremadamente sola.
Era otro día.
Pero después de la noche anterior, todo cambió.
Su Wan miró a su alrededor. Su entorno era desconocido. Le habían quitado el teléfono y no tenía dinero. No sabía hacia qué dirección ir, mucho menos a dónde ir.
Las calles estaban llenas de gente y tráfico. Su Wan las observaba con ojos apagados. Luego, sintió un nudo en la garganta y sus ojos se enrojecieron. Lentamente se agachó y bajó la cabeza para llorar.
—¿Por qué?
—¿Por qué le pasó esto a ella?
—¿Quién fue el que la tendió una trampa?
Pensaba que sería feliz con Jing Chen y que tendría su propia carrera y que su vida se desenvolvería en una buena dirección.
Sin embargo, la realidad la golpeó fuerte. Le dijo que eso era solo un sueño.
Ahora, el sueño estaba completamente destrozado.