Era una vista tan encantadora, en la mente de Karenina. Nicolás finalmente entendería su dolor y la humillación que había sufrido todo este tiempo.
Una sonrisa se curvó en su rostro. Se veía tan siniestra que Gwen la bruja frunció el ceño. No pensaba que esta hermosa mujer delante de ella, que era una noble, no se estremeciera de miedo o disgusto cuando Gwen le contó lo que sucedió al rey de Armeria. En cambio, Karenina parecía capaz de hacer lo mismo sin pestañear.
—Supongo que te gusta mi sugerencia —Gwen se aclaró la garganta y luego sonrió con malicia.
La sonrisa de Karenina de repente vaciló. Se volvió dudosa cuando recordó que Noel y los Cazadores Reales de Lycans protegían a Riga, a diferencia de Armeria que no contaba con una fuerza de elite como ellos.