Finalmente, Leland soltó a Sophie de su abrazo. La miró intensamente a su hermoso rostro con los ojos brillando.
Caray, ella era tan idealista. Ella era tan hermosa, por dentro y por fuera.
No sabía cómo tenía tanta suerte. Quizás el universo era realmente justo. Sophie le fue dada para compensar el hecho de que había tenido una vida tan dura y no experimentó amor de la gente que se suponía que le enseñara sobre el amor, la compasión y la familia.
Si no fuera por Anne y Jack Hansley, él tal vez nunca hubiera visto qué era el amor. Ni siquiera tenía amigos. Leland siempre había mantenido a todos a distancia hasta que conoció a Sophie.
Era tan fácil y reconfortante estar a su alrededor, que poco a poco se abrió a ella y luego a sus hijos, que ahora eran también suyos. Y pronto, tendrían más.
Leland solo podía mirar a Sophie sin decir nada. Deseaba poder expresar lo que sentía por ella. ¿Sabía ella cuánto la amaba? ¿Sabía cuánto significaba para él?