—Él estuvo aquí hoy, y ella pudo tener su consejo.
—Dylan recogió la sopa, sus labios se curvaron en una media sonrisa.
—Bueno, incluso si sabía mal, no moriría —comentó Savannah mientras le daba una cuchara—. Él tomó un cucharón en su boca.
—Aunque la apariencia no era buena, el sabor finalmente era mucho mejor que el anterior. Sí, ahora estaba bien, pero lejos de ser delicioso.
—Al menos, él podía aceptarlo. Pero realmente no tenía esperanzas en su cocina.
—¿Estás seguro de que has progresado mucho? —bromeó Dylan.
—Savannah escuchó el tono sarcástico de sus comentarios pero no se rindió —¿está bien?.
—Bueno, no está mal. Al menos no me hará vomitar —respondió Dylan, siempre con la lengua afilada.
—Savannah se mordió el labio. Aunque quería escuchar la verdad, no le gustaban esos comentarios maliciosos...
—Comparada con Dylan, quizá tenía poco talento para cocinar.