—¿Alma gemela? ¿A qué se refería con eso? —Tiana no entendió ni una palabra de lo que dijo, pero no pidió una explicación. Lo único que quería era dormir y probablemente despertarse a la mañana siguiente y pretender que nada de esto había pasado.
—No te preocupes; no haré nada que no quieras —continuó y las cejas de Tiana se agitaron—. ¿Si tan solo supiera en qué estaba pensando ella en ese momento?
—Deseaba no haber cedido a su beso, así al menos podría ordenar sus emociones, pero ahora, su cabeza era un gran desorden, no podía ni siquiera descifrar si lo amaba o no.
—Vamos a la cama ya —Nicklaus habló, levantándose y tomando su mano—. Tiana sintió hormigueo en los pies al levantarse, dándose cuenta de que había estado en cuclillas por mucho tiempo.