Tiana frunció los labios ante su pregunta. Él la observaba como si realmente quisiera saber, pero después de recordar lo que le había hecho, ella no tenía ganas de hablar en absoluto de sus sueños.
—No tengo sueños. Su sueño era ser maquilladora pero en ese momento, su mayor sueño era alejarse lo más que pudiera de una persona tan complicada.
—Nadie puede decir eso, todo el mundo tiene un sueño, hermosa —Nicklaus sonrió con suficiencia, su mirada sobre ella no vaciló.
—Mmm, si eso es así, ¿cuál es tu sueño? —ella preguntó, levantando su párpado y ladeando un poco la cabeza.
—Mm, tengo muchas aspiraciones, hermosa. Te lo diré cuando sea el momento adecuado, pero por ahora; siempre he querido ser cocinero.
Los ojos de Tiana se abrieron de par en par y al segundo siguiente, estalló en carcajadas.
—¿Qué? ¿Qué has dicho? —preguntó; su cara toda roja de reír demasiado.
Nicklaus estaba desconcertado: