Los ojos de Tiana se abrieron de par en par, sorprendidos antes de que pudiera siquiera fingir estar bien; por suerte para ella, los ojos de la abuela estaban fijos en Nicklaus y no notó su incomodidad. La cabeza de Tiana ardía;
¡Dos semanas!
Estar en la casa ancestral durante dos semanas significaba que tendrían que fingir ser una pareja de verdad durante dos semanas y tendrían que... ¡dormir juntos en la misma habitación!
Su mandíbula se desencajó mientras su rostro se tornaba pálido como la muerte.
Ja-ja... seguramente Nicklaus no estaría de acuerdo con eso; no le gustaba que la gente estuviera en el mismo espacio que él, así que no había manera de que él...
—Está bien abuela, ahora que lo pienso, no he asistido al cumpleaños del abuelo en seis años, creo que esta vez sí iremos —dijo Nicklaus indiferente.