Su Tong estaba de muy buen humor cuando visitó a Ning Zhe en el hospital.
Acababa de asistir a la reunión de la junta de esta semana. En su opinión, gestionar una empresa era similar a gestionar una familia. No había una diferencia importante entre las dos.
Se había sentido eufórica al ver a su hijo, vestido con su traje y corbata, sentado en la sala de reuniones. Ya podía imaginarse el día en que él ocuparía el asiento del presidente. En ese momento, el Grupo Ning pertenecería a ella y a su hijo. Qué maravilla.