Qiao Nian y Lu Zhu acababan de entrar en sus habitaciones cuando escucharon una voz encantadora.
—En serio, ¿por qué estamos aquí? Es tan sucio. ¡Qué molesto!
Esa delicada voz reveló mucha insatisfacción, atrayendo instantáneamente la atención de todos los presentes.
La persona que habló no era otra que la nueva modelo favorita del Jefe Jin, Ah Miao.
El Jefe Jin, que estaba al lado de Ah Miao, estaba hablando con el Señor Chen.
El Señor Chen naturalmente escuchó lo que dijo Ah Miao, y la sonrisa en su rostro se profundizó.
Qiao Nian observó en silencio esta escena.
Ah Miao parecía no darse cuenta de nada todavía. Frunció el ceño al ver la alfombra bajo sus pies y dijo:
—Esta alfombra está realmente podrida. ¡Es realmente patética!
Mientras Ah Miao hablaba, se recostó suavemente en los brazos del Jefe Jin. Su expresión coqueta era adorable.
A muchos hombres les gustaban tales mujeres.