Vi cómo Reiner se quedaba boquiabierto mirando la comida que tenía delante. Parecía tan fuera de lugar y su cara de incomodidad era divertidísima. Probablemente no sabe cómo su reacción me ha alegrado el día. Seguí observándole mientras parecía pensar detenidamente en lo que debía decirme.
"Umm... Natalia, cuando dijiste que querías comer en un restaurante fuera de casa... ¿te referías a este... sitio de comida rápida?". Preguntó Reiner con clara confusión.
"Sí. Esto puede parecer normal para la mayoría de la gente, pero para ser sincera, es la primera vez en más de diez años que vengo a un sitio de comida rápida como éste", respondí alegremente mientras me metía patatas fritas en la boca. Oh... esto sabe tan bien.
"...ajá..." fue lo único que se le ocurrió responder a Reiner. Siguió mirando en silencio su comida sin tocarla.