Me chupó los pezones con fuerza y sonoridad, haciendo girar la lengua sobre mi dura protuberancia mientras con la otra mano me acariciaba el vientre desnudo.
"Ah... Zak. Por favor... para", le supliqué que parara. Sentía que iba a explotar de placer. Arqueé la espalda para acercar mis pechos a su boca y a su cara. Finalmente, sentí que su mano me subía el camisón y dejaba al descubierto mis piernas, mis caderas y mi coño.
"Estás inundada aquí abajo, sucia Cenicienta", se burló Zak y entonces sentí algo caliente y tibio corriendo contra la raja entre mis piernas. No puede ser... ¡ahhhh! gemí en voz alta mientras su lengua caliente
me recorrió la raja antes de rozar con la punta mi clítoris hinchado y sensible. Su mano separó aún más mis piernas para que pudiera enterrar su lengua caliente en lo más profundo de mi húmedo agujero. Grité mientras me comía. Su lengua follaba mi agujero mientras su boca succionaba mis jugos de amor, emitiendo ruidosos sorbidos.